La Baronesa y el Vagabundo es el tercer trabajo como director de Manuel Martínez Gutiérrez. En esta ocasión, el creador leonés propone la adaptación de uno de los pasajes más conocidos de un libro que marcó su infancia “El Principito”.
El autor del texto original, Antoine de Saint-Exupéry, reflexiona en esta obra sobre la condición humana, con una claridad que sólo puede otorgar la mirada del niño.
El cineasta reinterpreta la historia transmutando al banquero de la novela en una baronesa con evidentes carencias de inteligencia emocional que intenta convencer a ese entrañable personaje que es el Principito para que permanezca a su lado.
El niño rubio y frágil del relato también es readaptado para la película, convirtiéndose en un colosal vagabundo que, a pesar de su apariencia, mantiene intacta la inocencia.
"El Vagabundo es un hombre enorme, tranquilo y con apariencia de
haber vivido muchas batallas, viaja por una región deshabitada,
vaciada, junto a su compañero de viaje, Sidney, un perro terrier que lo
acompaña a todas partes.
Después de otro largo día de caminata, llega a una extraña área de descanso, allí se encuentra con La Baronesa, la mujer que, según ella misma dice, es la gobernante de aquellas tierras; La mujer en concreto, viste con un estilo rancio, tan impostado como su personalidad.
El vagabundo se acerca y charla con la curiosa dama durante unos
minutos, el tiempo suficiente para descubrir sus corazones y
reflexionar sobre las grandes preguntas.
Suficiente para darse cuenta de sus defectos y virtudes. Suficiente para iniciar una microrelación, desarrollarla y llegar al resultado previsible, todo en una sola conversación"
EL VAGABUNDO
LA BARONESA